“The only dangerous minority is billionaires”
Hay protestas en todo el país, casi a diario desde las pasadas elecciones, protestas televisadas, o silenciadas, como las que se marchan desde la opinión opuesta ante las injusticias y las minorías, pero no necesariamente por medio de congregaciones masivas, sino desde una auténtica forma de vivir los días, por ejemplo, los estudiantes que expresan su apoyo a las víctimas de ocupaciones y conflictos bélicos, y protestas como la de hoy; sucediendo paralelamente a los despliegues militares de Trump. Se supone que fue hoy su desfile. No sé si por casualidad o por un complot planeado de los medios masivos de comunicación, no encontré ni un canal que estuviera transmitiendo el enorme desfile militar que organizó, casualmente en el día de su cumpleaños, como los dictadores.
¿Les dije que éste particular movimiento de protestas lleva el sencillo título de “No Kings” motivado en principio por Chuck Schumer, líder demócrata del senado, como oposición a las mañas de Trump de querer saltarse los escalones de la legislación, y regular por pura órden ejecutiva, como los monarcas de antaño.
Con el tiempo, el sentido de las demostraciones han ido ampliandose en significado. En oposición a las redadas contra migrantes, en oposición al poder de los oligarcas que forman el equipo de la administración, etc. etc.
Quiero compartir una historia personal al respecto de las protestas. Mi hijo menor no tiene aún 18 años, y le gusta mantenerse al día de lo que sucede en la sociedad, los tejes y manejes políticos. Hace unos días me había comentado que como a media hora de aquí iba a haber manifestaciones hoy, que en su práctica de manejo (lo estoy enseñando a conducir), iriamos allá, ¿Sí?. Con el trajín de su graduación que fue apenas ayer (ya salió de la prepa), mi cerebro no registró muy bien lo de la protesta.
En la mañana, avisaron en las noticias que dos representantes políticos demócratas fueron asesinados justo hoy, al parecer emboscados en sus casas y junto con sus parejas. Una representante y su cónyuge murieron, mientras que el otro representante y su pareja fueron heridos de gravedad. El presunto asesino sigue suelto y con una lista de ataque.
No voy a negar que cuando mi hijo me recordó sus planes de protestar, me sentí algo nerviosa, pero no lo suficiente para quedarme en casa.
Como al medio día nos fuimos con sólo un cartel hecho por mi hijo M, cuyo mensaje lee: The only dangerous minority is billionaires. Fue difícil encontrar estacionamiento, pero después de dar algunas vueltas sin darnos por vencidos, lo logramos: ¡Sí se pudo! fue la espina dorsal del discurso de la Salutatoriana en la graduación, que es de descendencia hispana, y cuyo mensaje mi corazón no pudo ignorar. Así que motivada por los mensajes de la graduación, y las ganas de mi hijo de formar parte de éstos momentos históricos, me deje sonsacar. Es re bonita ésta nueva generación con conciencia social.
Al llegar al lugar de encuentro, había una buena cantidad de gente escuchando los discursos, y también un buen de personas dispersas que iban o venían del evento. El mensaje que llevaba M en un simple cartoncillo negro con letras blancas, llamó bastante la atención de los asistentes, le pedían que si podían tomarle fotografía. Para mi sorpresa, él se mostró condescendiente con las peticiones, y mientras yo, bajo un árbol a las orillas de la multitud, encontré a una conocida que se pensionó el año pasado de la escuela donde trabajo, M se paseó con su cartel por lo más tupido de la muchedumbre. Un par de veces regresó a darme una vuelta, incluso lo presenté con mi ex compañera de trabajo, quien también le pidió que la dejara fotografíar el cartel. Fue inevitable el sentimiento de emoción y orgullo que sentí, así como sentirse parte de algo más grande que uno mismo. Hasta subí en una reconocida red social algunas fotos de mi hijo sosteniendo el cartel, mientras otros le tomaban fotos. Al post le agregué la leyenda “Once an activist always an activist” Una vez activista, siempre un activista.
Hacía un sol inclemente y la humedad, se desplegó en el sudor de las gentes, pero con la excusa del cartel, al final del rally, muchas personas de todos colores, incluso rojas de sol, se nos acercaron y tuvimos la oportunidad de intercambiar conversación respecto a lo que necesita cambiar en la administración de Trump, que básicamente es TODO!!! Se siente bien concordar en algo.
Así fue mi primera manifestación, un poco más por compromiso con mi hijo que por valentía. En cuanto a él, desde pequeño le gustaba la idea de encontrarse inmerso en una protesta, pero también fue hoy su primera experiencia de activista, y ya me advirtió que no será la última.
Beatriz Osornio Morales.